A la hora de preparar un proyecto domótica para nuestro hogar hay un elemento que no debemos dejar atrás. Se trata de integrar las persianas en el dispositivo, una acción que nos va a ayudar en el día a día aportando confort, al tiempo que puede ayudarnos al ahorro energético y la seguridad.
Las persianas son necesarias en un edificio ya que son los elementos que protegen las ventanas de la luz o el calor exterior. Ahora que la arquitectura mira hacia tendencias en las que se utilizan mucho los grandes ventanales o los cerramientos transparentes, estamos obligados a proteger grandes superficies con persianas, estores o cortinas. Ese aumento de tamaño lleva consigo un aumento de peso y una mayor dificultad para un manejo manual, por lo que se impone la domatización de estos elementos.
Cuando hablamos de edificios de oficinas de gran extensión, la domótica ayuda a una gestión al unísono de esos elementos que de otra manera se convertiría en algo tedioso y nos haría perder mucho tiempo. La motorización permite que, con solo apretar un botón con una programación previa, suban o bajen a la vez todas a la vez e incluso que lo hagan a la hora y fecha en que lo deseemos. A veces con una simple orden de “adiós” todo quedará automáticamente en su sitio evitando que un olvido pueda afectar a la seguridad o a la eficiencia energética. Si la vivienda u oficina va a estar cerrada un tiempo las persianas pueden subir y bajar en momentos señalados para simular que hay alguien en su interior y contribuir a la seguridad de nuestro edificio.
Igualmente, gracias a la domótica es posible un uso inteligente de las persianas para que la temperatura en el interior se mantenga, representando una de las mejores soluciones para optimizar el aislamiento térmico de un edificio. Si instalamos un sensor de luminosidad podemos ahorrar hasta un 20% de energía en climatización.
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