Si estamos de alquiler en una vivienda pueden suceder imprevistos que nos compliquen el día a día y que debamos solucionar con la participación de nuestro arrendatario. La reparación de elementos de nuestra vivienda es un tema que genera dudas muy habitualmente en los inquilinos, como en el supuesto de que una persiana se estropee. ¿Qué hacemos en ese caso? ¿Debemos pagar nosotros la reparación o se encarga el dueño?
La Ley de Arrendamientos Urbanos expone con claridad que el arrendador será quien deba correr con los gastos de reparaciones que sean necesarias en el inmueble, mientras que será el inquilino el que se encargue de pagar las reparaciones necesarias en el mobiliario y los enseres. Lo importante es que los términos y especificaciones estén claros en el contrato de arrendamiento, y así nos evitaremos sorpresas o discusiones cuando el problema aparezca. Si tenemos en cuenta la referencia general, la reparación de la persiana rota deberá ser por cuenta del inquilino, aunque dependerá de lo que hayamos firmado en el contrato y debemos tener en cuenta una serie de matices a la hora de validar quién se ocupa de la persiana.
Matices como que, por ejemplo, si la reparación va a suponer un coste elevado, deberá ser el arrendador el que se encargue de abonarla. Será importante determinar que la avería no se haya producido por un mal uso de la persiana por parte del inquilino. Igualmente hay situaciones especiales en las que el arrendatario correrá con el coste de la reparación como aquella en la que el inquilino acaba de llegar al piso y no le ha dado tiempo de estropear la persiana. También si tras su rotura detectamos defectos de fabricación o ha sido instalada de manera incorrecta; la cuenta debe afrontarla el arrendador. Hay otro detalle a tener en cuenta que se refiere a que si las persianas tienen muchos años de antigüedad es más fácil que se rompan, por lo que en estos casos será también el dueño del inmueble quien tenga que asumir la factura.
En caso de que seas un inquilino o un arrendatario manitas siempre queda el recurso de realizar tú mismo la reparación de la persiana. Ten en cuenta que este tipo de averías suelen tener fácil reparación y es un buen gesto que te agradecerá la otra parte. Lo idóneo es hablar los problemas y encontrar una solución conjunta que os satisfaga a ambos.
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