Si has viajado por el mundo te habrás dado cuenta de una curiosidad que debe haber llamado tu atención: España es el único país en el que está extendido por toda la población el uso de persianas en los hogares. ¿Qué razón hay para esta peculiaridad? Sin duda viene dada por cuestiones geográficas como son el clima, y otras culturales enraizadas con nuestro pasado árabe. Lo cierto es que los extranjeros que nos visitan quedan sorprendidos por lo extendido del uso de las persianas, poco acostumbrados a verlas en su país de origen.
¿Puedes imaginarte tu hogar sin persianas? Probablemente sea complicado hacerlo, pues son un elemento muy útil que ya se ha vuelto imprescindible por diversas razones En la época estival evitan que el calor entre en nuestro hogar y en invierno mantienen a raya el frío y permiten que el hogar se halle más. A ello debemos añadir que este elemento tan singular y común en nuestro país nos ofrece intimidad.
Esa intimidad es una cuestión muy valorada en nuestro país ya que no nos gusta sentirnos observados cuando estamos en nuestro hogar. Es una costumbre que no parece estar tan arraigada en otros países, en los que el interior de las casas es visible desde la de enfrente, como vemos en multitud de películas. Si no fuera así Alfred Hitchcock no hubiera podido filmar su gran película La Ventana Indiscreta, en la que su protagonista es un consumado voyeur. Esa intimidad que tanto apreciamos no parece estar valorada en otras zonas geográficas, donde no se le otorga tanta importancia. Resulta curioso y tal vez chocante que nuestra cultura, a la que se conoce por ser abierta y altamente social ampare sin embargo tanto la intimidad con el uso de este elemento que evita ser observado que nosotros deseamos mostrar.
En cuanto al pasad cultural, las raíces árabes indican que hace ya más de 800 años, cuando gran parte de la Península Ibérica vivía bajo el dominio árabe, los hogares miraban hacia adentro. Se trata de una distribución de la vivienda en la que la importancia la tenía el patio central y la vida interior quedaba oculta con el uso de persianas. No cabe duda de que la gran cantidad de horas de sol que tiene nuestro país influye decisivamente en esa costumbre y nos lleva a adoptar este invento árabe como elemento propio para evitar tanta luz y sus efectos.
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